Los signos del zodiaco son arquetipos que están formados por energías, cada cual con sus características particulares.
Los doce signos, además, se pueden agrupar en diferentes maneras, según el aspecto que estemos mirando. La esencia de los signos es compleja y comprende varios aspectos que hay que tener en cuenta. Al principio, esta información puede parecer difícil de asimilar, pero poco a poco irá calando. Os aconsejo no querer aprenderlo todo de golpe. Hace falta tiempo para poder “digerir” ciertos conceptos y que pasen del cerebro al corazón.
La clasificación más conocida, que hoy solo nombraremos de pasada, es la de los cuatro elementos: fuego, tierra, aire y agua, pero no es la única.
Existe también la clasificación por cualidad: cardinal, fijo, mutable. En esta clasificación, cada epígrafe comprende a cuatro signos que están enfrentados. Es decir, dos parejas de signos que conforman los ejes de una cruz.
Muchas veces se suelen referir a cada grupo como la «cruz cardinal», «la cruz fija» o «la cruz mutable».
Los signos cardinales tienen la misión de empezar cosas nuevas. Su energía es la expansión de los comienzos por eso son los signos que inician las estaciones del año.
Representan el inicio, la acción y el liderazgo. Son los signos que se sitúan en los ejes de la rueda natal, es decir, lo signos de: Aries, Cáncer, Libra y Capricornio, que corresponden a los solsticios y equinoccios, donde se aprecia claramente un inicio de ciclo. Su energía es dinámica, iniciativa, contienen el impulso para comenzar algo desde cero.
Signos cardinales
Los signos fijos tienen la función de fijar algo en el tiempo, normalmente aquello que los signos cardinales han iniciado. Su energía tiene la inercia de continuar, permanecer. Son los signos que ocurren en el medio de las estaciones. Representan la estabilidad, la perseverancia y la resistencia al cambio. En este caso, hablamos de los signos de Tauro, Leo, Escorpio y Acuario. Tienen mucha determinación, consistencia, y su enfoque es mantener y desarrollar lo que ya existe.
Signos fijos
Los signos mutables son aquellos signos que terminan lo empezado y crean espacio para que surja algo nuevo. Son los signos que ocurren al final de las estaciones y por tanto, representan la adaptabilidad, la flexibilidad y la transición.
Estos signos son: Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis, que denotan versatilidad, capacidad de adaptarse a los cambios y facilidad para moverse entre diferentes situaciones y perspectivas.
Signos mutables
Hay signos que les va muy bien esta clasificación, como a Aries, indudablemente el mejor iniciador del zodíaco, a Tauro, el que más persevera, y a Piscis, que concluye la rueda zodiacal y es evidentemente un signo mutable.
Pero, ¿Y los demás? ¿Cómo puede ser que Acuario sea fijo y Virgo sea mutable? A mí también me cortocircuitó el cerebro cuando lo aprendí. Si nos fijamos, el signo caprichosamente volátil de Acuario cambia cuando a él le apetece, pero si le obligan a hacer un cambio cuando no quiere, lo pasa realmente mal. Además, cuando algo se le mete en la cabeza es bastante persistente, y le cuesta cambiar de opinión. Incluso con argumentos en contra, seguirá pensando igual.
En cambio, el signo de Virgo, dentro de sus hábitos recurrentes, puede adaptarse bastante bien a las diferentes situaciones que le traiga la vida, a pesar de transitar por cada una de ellas con sus trastornos TOC habituales (lo digo desde el cariño).
Otros signos que parecen una contradicción son los signos de Cáncer y Libra como signos cardinales. Quizás podríamos llegar a pensar que les falta «lo que hay que tener» para liderar. Pues bien, la tenacidad del cangrejo para conseguir lo que se propone podría rivalizar con la de cualquier Tauro. El agua es un elemento que permea – Cáncer es un signo de agua, ya lo veremos- , y suavemente, va alcanzando su objetivo, sin prisa pero sin pausa. La balanza, con su apariencia tan modosita, tiene sorprendentes dotes sociales. Destaca su habilidad de conocer al otro, calibrar sus capacidades, sembrar ideas constructivas en los demás y liderar desde el respeto.
Aparte de los signos, según cómo caigan los planetas en la carta de una persona, también exhibirá esos rasgos, según su energía dominante. Es decir, una persona con mucha energía cardinal, aunque tenga el sol en un signo fijo, tendrá la energía necesaria para emprender cosas. Lo mismo que una persona con un sol en un signo cardinal, si todos los demás elementos de su carta están en signos fijos, podría tener dificultades a la hora de querer iniciar cosas.
Para evaluar la situación específica de algo o alguien, como siempre os digo, hay que tener en cuenta el conjunto del mapa astrológico, y no solo elementos aislados, como el sol o la luna, que si bien dan mucha información sobre la persona, no constituyen su realidad única.
Y esto es todo por ahora. En próximas entradas, iré comentando el resto de clasificaciones. De mientras, es bueno ir fijándose en estos conceptos con las personas que tenemos cerca.