No sé si todos aquí conocéis al gran astrólogo español Demetrio Santos. Es una joya, de esas que se paren de ciento en viento, y que ha arrojado muchísima luz a la astrología actual. Es una de esas pocas personas que se han podido adentrar en el ámbito científico de la astrología y salir indemne de ello. Su aportación al mundo de la astrología es incalculable, porque ha ayudado a actualizar la información de autores clásicos, como Ptolomeo, Albubather, Messalah o Ben Ezra, muchos traducidos de primera mano por él mismo.
Gracias a su conocimiento científico ha podido analizar y componer las fórmulas matemáticas, basadas en las vibraciones planetarias, que desarrollan la teoría del campo de acción de planetas y signos. Si tenéis ganas y paciencia, os recomiendo su libro Investigaciones sobre Astrología, que toca multitud de temas diversos. Al ver cómo va hilando la información, se nota que su mente estaba conectada con el cosmos, como lo sugiere su Urano cazimi, a tan sólo 8 minutos del sol.
Desde que tengo uso de razón, cuando llegan las navidades, siempre espero impaciente el día de Reyes. Quizá sea por el aura de misterio que envuelve a estas figuras, que nos llenan de ilusión y esperanza. Sin embargo, más allá de mi mero anhelo infantil, siempre me ha quedado la pregunta: ¿de dónde surgieron estos personajes? ¿Existieron en realidad? ¿Qué hay de verdad en las historias que han llegado a nuestros días?
He leído pinceladas por aquí y por allá, pero como la explicación de Demetrio creo que no he encontrado nada igual. Se nota que este hombre bebía de fuentes universales. Mi meta con este blog siempre es que la información astrológica llegue a cuanta más gente, mejor, y por eso, me gusta simplificar las cosas y hacerlas más accesibles para el público en general. Por eso, me he propuesto escribir esta entrada, porque los libros de Demetrio, digamos que fáciles no son.
El comienzo de la Era de Piscis
Empecemos por el principio. Como persona que no profesa ninguna religión, me gustaría exponer los hechos desde un punto de vista aséptico y neutral. Está claro que, históricamente, nació un ser muy peculiar, como hombre y como personaje histórico, que se llamó Jesús de Nazaret. También parece haber documentación que sustenta la idea de que, en base a las predicciones astrológicas (algunas hasta 400 años antes), sabios de varias culturas, entre ellas, babilónicas, árabes y judios, predijeron una situación particular en el cielo que les llevó a plantearse la idea del surgimiento un “mesias”, de la mano de lo que llamaron “la Gran Conjunción”.
Según Demetrio, “la conjunción es el aspecto más importante de un horóscopo, pues reúne las cualidades o influjos de todos los demás [aspectos]”.
Es interesante, además, que coincidiera con el cambio de era astrológica, de Aries a Piscis. Ya profundizaremos en ello en otro artículo, pero, en resumen, una era astrológica es un periodo de 2160 años aproximadamente, en la que el punto vernal (grado 0 de Aries) se mueve, retrogradando a través de las doce constelaciones del zodíaco. Esto es consecuencia de la precesión de los equinoccios, y durante esos 2000 años la humanidad experimenta en el pensamiento colectivo, los patrones culturales e influencia del signo predominante.
Es decir, ahora estamos entrando en la era de Acuario, y por tanto, símbolos muy fuertes durante los últimos dos milenios, como la religión cristiana (que precisamente, nació en la era de Piscis), la viginidad de la mujer, la sumisión, los mártires, o la inacción como poner la otra mejilla están cayendo en desuso, en pos de valores más puramente acuarianos como la tecnología, la ciencia, la libertad, y la conexión a nivel mundial. He cogido solamente cuatro cosas, pero podríamos seguir desgranando esta idea de una forma mucho más concreta.
Entonces, pues, uno de los resultados de la Gran Conjunción, sería el cambio de la era astrológica, y el nacimiento de una persona como vehículo para llevar ese cambio de pensamiento a toda la humanidad.
Y este hecho no pasó desapercibido para los astrólogos de varias escuelas importantes de la época, tanto asirio-babilónicos, como judíos. Profetas como Zaratustra, hasta Balaam predijeron “la estrella”. Al parecer, incluso a Abraham, cuyo origen era caldeo, se le atribuye una profecía sobre esto.
La Estrella de Belén y la Gran Conjunción
Pero, ¿qué es “la estrella”? Hablamos, por supuesto, de la Estrella de Belén. La palabra estrella, se usa en este caso para traducir Stellium, que se refiere a una conjunción de tres o más planetas -en sentido astrológico- en un mismo signo.
En este tiempo, como los cálculos matemáticos y las tablas de efemérides no eran exactas, cuando se producía un fenómeno astrológico, se enviaba un convoy de astrólogos a comprobarlo, como por ejemplo, el territorio que abarcaba un eclipse. Así, se recopilaban datos de campo y se seguía avanzando en el saber astrológico. En este caso, cuando se acercó la fecha de la Gran Conjunción, una expedición de sabios astrólogos o “magos” fue en busca de la persona que habría de nacer bajo tan grande señal.
Por estas fechas, Júpiter y Saturno hicieron conjunción en en año 7 a.C. en el signo de Piscis, los dos planetas sociales, lo que señala el año en el que nació Jesus. Esta misma conjunción (esta vez en el signo de Escorpio) se dio también en el nacimiento de Mahoma.
Nacimiento de Jesús
Pero, si queremos afinar más, hay que seguir indagando. Según Demetrio, la Gran Conjunción no se podía limitar a dos planetas, porque es relativamente frecuente. Y para engendrar un ser humano con la capacidad de influencia de esta envergadura, debe haber más planetas involucrados.
Está claro que Júpiter- Saturno son el núcleo de este stellium, pero debe incorporar más planetas, y además, también debe involucrar a algún planeta personal. Ptolomeo indica que el Stellium es la característica más importante de una natividad, y más si incluye a las luminarias (sol y luna).
Por tanto, si incorporamos al sol, ya tenemos que Jesús probablemente nació en algún momento en marzo del año 7 a.c. Esto lo apoya Demetrio con los regalos ofrecidos al niño, que simbólicamente representarían:
Oro- la realeza, asociado al Sol
Incienso – lo divino, asociado a Júpiter
Mirra – lo humano, asociado a Saturno
Si suponemos que este Stellium debe estar en una posición dominante en la carta, Demetrio se plantea colocarlo sobre el ascendente. Para ello toma diversas fuentes y las vuelve a traducir. Es curioso que la frase “Hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo”, tomada del evangelio de S. Mateo la retradujese a “hemos visto su stelllium en el ascendente”.
El autor también adjudica otros planetas al Stellium, y concluye que Jesús nació con ascendente a 18º de acuario, y con sol, luna, venus, Júpiter y Saturno en Piscis en casa 1. Es decir, nació el día 1 de marzo del año 7 a.C., en Belén, a las 5:26 a.m. Es maravilloso los datos que toma para llegar a esta conclusión, así que dejo a voluntad del lector indagar más acerca de este dato.
¿Y por qué Jesuralen? Judea está regido por Piscis, y toman el lugar del mayor influencia del stellium anteriormente descrito.
La expedición de los Reyes Magos
Recapitulemos, pues. Tenemos unas predicciones de un supuesto mesías, que nace con un Stellium de cinco planetas en el signo de piscis, (más Urano) en casa 1. Parten de algún lugar cercano a Babilonia y llegan a Jerusalem para encontrar al niño que nace con tales cualidades. Como era costumbre inscribir en el censo a los recién nacidos en aquella época, van al templo a preguntar por el niño.
Y la historia a partir de aquí ya la conocemos todos: como no deja de ser un pueblo, la noticia se extiende como la espuma. Herodes, que ve peligrar su trono, manda buscar a los magos para interrogarles. Estos le cuentan que “el rey de los judíos” ha nacido y vienen a buscarle. Herodes i insta a los magos a volver con la identidad del niño.
Posteriormente, cuando encuentran al niño, los Reyes son advertidos en sueños que no se les ocurra volver a donde Herodes, con lo que recogen sus pertenencias, y se vuelven a su casa.
De mientras, Herodes, burlado por los astrólogos, toma la vía rápida y manda matar a todos los niños menores de dos años, para no pillarse los dedos. En aquel entonces, convivían varios calendarios y era complicado acertar con la edad. Así que toma dos años, para no equivocarse.
Jesús y su familia huyen a Egipto…
Realmente se podría hacer una película mucho más al estilo Indiana Jones que lo que nos han mostrado por la tele. Jesús debía ser un niño intensito ya desde la infancia, y un poco resabidillo al estilo Hermione de Harry Potter.
Os recomiendo que os leáis el libro, porque realmente es un relato mágico, lleno de bibliografía y datos históricos. A medida que lo iba leyendo, me iba imaginando la vida por aquellos lares, su forma de pensar y su manera de proceder, y las aventuras que debieron de pasar los pobres astrólogos para cruzar varios países y aterrizar en Judea, y la tarea titánica de buscar una aguja en un pajar. No tiene desperdicio.
A todo esto, espero que hayáis pasado un día de reyes. Por cierto, el día 6 de enero, es el día mundial de la Astrología y estuve de parranda, celebrándolo. Debido a esto, mi post llega un día tarde.