Creo que todo el mundo ha oído hablar alguna vez de los signos del zodiaco, pero pocos se han planteado profundizar en esta materia. Para la gran mayoría de la gente, el horóscopo no deja de ser algo banal que aparece periódicamente en las revistas, en las cuales ojeamos nuestro signo por encima, y nos resumen en cuatro líneas nuestra buena o mala fortuna para esa semana.
Esto NO es astrología. La humanidad no lleva siglos devanándose los sesos con toda una serie de símbolos, conocimientos secretos, y cálculos matemáticos complejos para reducir este conocimiento sagrado a doce párrafos en una revista.
Me consta que las muchas críticas que hay a esta disciplina es más por miedo o por desconocimiento que porque la astrología no funcione. La crítica más habitual es la de la precesión de los equinoccios. ¿Y qué es esto? Se podría resumir que, por el movimiento propio de la Tierra, su eje cambia aproximadamente un grado cada 72 años. Esto hace que el 0º de Aries se encuentre actualmente a unos 24º de Piscis. Y ya está. Se nos ha roto «el juguete».
Vaya por dios. Si nos quedamos en el simplismo de esta afirmación, entonces la única época en la que la astrología debió funcionar debió de ser hacia el año 200 d. C.
Se tiene constancia de que ha habido documentos escritos en tablillas de arcilla referentes a temas astrológicos por lo menos en el año 1000 a. C. (buscad las tablillas Mul Apin sumerias). Y ahora, ¿qué hacemos, si tenemos otra vez el eje de la Tierra desemparejado del 0 Aries? Y la historia no para ahí, sino que se sospecha que esos textos fueron transcripciones de otros mucho más antiguos…
Si la astrología no funcionara, con lo que cuesta estudiarla, levantar una carta a mano, entenderla e interiorizarla, hacía mucho tiempo que se habría dejado de lado. Pero el caso es que funciona. Y por eso a día de hoy estamos viviendo un renovado interés por ella. O por lo menos, así lo percibo yo en mi entorno.
Entonces, ¿qué es la astrología? Es una pregunta muy extensa que podríamos resumir como lo siguiente: todas las técnicas astrológicas se basan en el principio de que el funcionamiento del todo se puede ver en la parte, así como el funcionamiento de la parte se puede ver en el todo. O como decía Hermes Trimegisto, «como es arriba, es abajo». Me explico.
Se supone que hay una especie de analogía entre lo que vemos en los cielos, explicado por el movimiento de los astros, y lo que pasa en la Tierra, a nivel simbólico. En concreto, se toman los planetas del sistema solar, junto con la luna y el sol, y su movimiento a lo largo de la eclíptica, para arrojar luz a nivel físico, psicológico y energético sobre nosotros. Se pueden tomar más puntos como estrellas fijas, nodos, asteroides… aunque generalmente, los planetas (en sentido amplio) son los astros más potentes y digamos, los más tangibles.
Dentro de todo este compendio de cosas, hay muchísimas técnicas, que no me canso de descubrir y que son una maravilla.
A nivel global, podríamos encontrar la astrología mundana, que estudia los acontecimientos a nivel mundial según los movimientos planetarios. Podemos encontrar cartas astrales sobre países, continentes o ciudades.
A nivel más concreto, estudiamos la carta natal individual, que pondría de manifiesto diferentes aspectos sobre la vida de las personas. Hay muchas técnicas de leer la carta. Está la astrología clásica, digamos, «la de toda la vida», la cual también tiene algunos detractores, porque se la tacha de «determinista». Está la «astrología humanista» o «transpersonal», que trata más la evolución de la persona como ser consciente con su propia identidad, dentro de una sociedad con la que está en perpetuo intercambio.
También podemos encontrar la astrología védica, que se basa en el zodíaco sideral, esto es, teniendo en cuenta la precesión de los equinoccios.
Y a nivel más concreto, la astrología horaria, que es una rama de la clásica, la cual arroja respuestas a preguntas concretas realizadas por el consultante al astrólogo. Esta última es magia pura.
Hay otras ramas muy interesantes, como la astrología médica, que estudia los procesos fisiológicos y su relación con los astros; la sinastría, que estudia las relaciones de las personas y su compatibilidad a nivel cósmico; la astrología china, la astrología maya…
En fin, estudiando astrología no te puedes aburrir. Os animo a que indaguéis un poco sobre ello con algún libro interesante. Así, en frío, se me ocurre el de Stephen Arroyo, «Manual de interpretación de la carta natal». O si os gusta con dibujitos, podéis echar un vistazo a «La biblia de la astrología» de Judy Hall. Este último se lee muy fácil. Y luego me contáis.